Con tristeza y decepción, el exsecretario regional de Amarillos Biobío, Ricardo Yaconi Pleger, renunció al partido que ayudó a fundar en la zona, acusando al diputado Andrés Jouannet, presidente nacional de Amarillos, de encabezar una gestión oscura al mando de la tienda, que incluye enrolamientos de falsos militantes, falsificación de huellas digitales y firmas y favoritismo político.

Los motivos tras la renuncia de Yaconi Pleger son similares a los del excandidato a gobernador regional, Augusto Parra Ahumada, quien apuntó a prácticas desleales de la dirigencia nacional de Amarillos hacia candidatos de la Región del Biobio, a quienes bajaron minutos antes de que cerrara el plazo de inscripción el pasado 29 de julio.

El exsecretario regional afirma que la gestión de Jouannet y de otros dirigentes nacionales, “como Ricardo Brodsky y Eduardo Jara, ha sido paupérrima, pues ha hecho primar los intereses de Demócratas en perjuicio de nuestro propio partido en la región del Biobío”. “Aquello es intolerable, más aún cuando se bajan cartas que conseguimos con mucho esfuerzo y que fueron descartadas sin explicación alguna”, indica.

Yaconi suma antecedentes hasta ahora desconocidos sobre el distanciamiento de la directiva nacional con sus pares del Biobío, así como de una serie de irregularidades “que quedaron sin investigación ni sanción”, según relata.

Antecedentes sobre irregularidades

Yaconi cita el caso de una denuncia sobre falsificación de huellas digitales y de firmas “en una lista que encabezó gente de la gobernación regional del Biobío, con la intención de competir en las elecciones internas del partido”. “Informamos a tiempo de eso a Santiago y nunca se tomaron medidas”, señala.

Otro episodio que cita el exdirigente ocurrió a fines del 2023 e inicios de 2024, cuando ingresaron a la Región del Biobío 1.200 nuevos militantes de Amarillos. “Desde Santiago se nos dijo que se había contratado a una consultora para reclutar militantes, pero cuando empezamos a averiguar sobre estas personas, nos dimos cuenta que, en varios casos, estos nuevos militantes no tenían idea de que habían sido enrolados en el Partido”.

“Eso es muy grave, porque si el Estado entrega aportes a través de la Ley de Financiamiento de partidos políticos y estos incurren en irregularidades en su padrón, podríamos estar hablando de eventuales delitos”, destaca.

El exsecretario del partido en Biobío también apunta a la obsesión de la directiva nacional por imponer la candidatura a gobernador de Rodrigo Díaz. “Yo soy cercano a Rodrigo, lo conozco de joven, pero él tiene responsabilidad política por el mal uso de recursos. No era un buen candidato para Amarillos, tomando en cuenta que hay cerca de 20 investigaciones ligadas al Caso Fundaciones que aún están abiertas”.

En Amarillos priman “intereses oscuros” de quienes han “secuestrado al partido”

Por todo lo anterior, Yaconi dice comprender y respaldar la decisión de Augusto Parra de bajar su candidatura al Gore Biobío. “Felicito a Augusto por tener el coraje de bajar su candidatura, después de tanto esfuerzo. Una decisión coherente con sus principios y valores”.

“Quisimos ser un partido serio, transparente, una nueva fuerza de centro al servicio del país, pero nada de eso vemos en la actualidad. Hoy priman los intereses oscuros de quienes tienen secuestrado al partido, personas que trabajan sin miramientos a favor de una fuerza política distinta. Ojalá otros, más temprano que tarde, puedan recuperar el rumbo perdido y salvar a Amarillos por Chile de su extinción. Ese, es mi mayor deseo”.

“La verdad, es que extraño los lineamientos de quienes fundamos el partido, apegados al deseo de diferenciarnos del resto de las fuerzas políticas. Esa fue la matriz que movió a que Cristian Warnken creara Amarillos por Chile y que a sus filas entraran destacadas personalidades”.

Es así como a las filas del partido se unieron en sus inicios Soledad Alvear, Mariana Aylwin, Gutenberg Martínez, René Cortázar, Jorge Burgos, Isidro Solís, Felipe Sandoval, entre otros, detalla Yaconi. “Estoy seguro de que todos ellos no conocen estas malas prácticas”, porque de ser así, sostiene, “sentirían una profunda vergüenza”.

28 lecturas