El próximo lunes, millones de chilenos verán incrementadas sus cuentas de luz tras años de congelamiento tarifario. Esta medida, aunque impopular, busca saldar una deuda millonaria con las generadoras eléctricas, acumulada durante años de subsidios y agravada por la crisis energética global.
El Gobierno ha intentado mitigar el impacto con un subsidio focalizado para los más vulnerables y un esquema de alzas escalonadas, diferenciadas por región y consumo. Sin embargo, ¿es suficiente? ¿Es justo que la clase media cargue con el peso mayor del alza?
El alza en las tarifas eléctricas, que entrará en vigencia en julio, tiene sus raíces en el estallido antisocial de 2019. Durante ese período se implementó el Mecanismo de Precios Estabilizados al Cliente, un subsidio que congeló las tarifas para evitar un aumento programado.
Esta medida, junto a otras leyes posteriores, mantuvo los precios artificialmente bajos durante años y esto ha generado una deuda de 6.000 millones de dólares del Estado con las empresas generadoras, algo así como un 7% del presupuesto del país.
El alza en las tarifas, que se aplicará gradualmente hasta 2025, será escalonada según el consumo y se implementará en tramos durante julio, octubre y enero del próximo año. Aunque el aumento máximo será del 60%, el impacto real variará dependiendo del consumo de cada hogar.
El Gobierno propone un subsidio focalizado para los más vulnerables, pero ¿qué pasa con la clase media? ¿Y con las pequeñas empresas que ya luchan por sobrevivir?
Las soluciones existen: facilitar la creación de empresas y facilitar la formalización de la informalidad para aumentar la recaudación de impuestos; exenciones tributarias para la clase media y un IVA diferenciado para aumentar los ingresos de los que menos tienen; alternativas existen!
Pero mientras el Gobierno y el Congreso debaten, las familias se preparan para apretarse el cinturón. No podemos quedarnos de brazos cruzados. Necesitamos soluciones concretas para proteger a las familias chilenas.
Sobre Claudio Lapostol
Claudio Lapostol Vargas es Ingeniero Civil Mecánico de la Universidad de Concepción y posee un MBA de la Universidad Andrés Bello (Chile) e IEDE (España). Su trayectoria abarca la industria privada, el sector público y la academia, donde ha liderado áreas de planificación estratégica, desarrollo de proyectos y gestión presupuestaria, siempre con un enfoque en el logro de objetivos y la colaboración público-privada.
Su experiencia académica incluye cátedras en economía en la Universidad de Indiana (EE.UU.) y en gestión de proyectos, emprendimiento e innovación en las universidades Andrés Bello y Gabriela Mistral (Chile).
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